Es bien sabido que el desayuno es la comida más importante del día, pero quiero contarte el por qué, así quizás logremos entre todos tomárnoslo en serio.
Los jóvenes que no desayunan tienen un 68% de posibilidades de desarrollar obesidad abdominal, altos niveles de triglicéridos, hipertensión, con el consecuente riesgo de trastornos cardiovasculares.
Es recomendable ingerir en el desayuno el 20 % de las calorías diarias. Pero, ¿cómo harás eso si por la mañana temprano no tienes hambre?
La respuesta es sencilla: cenando ligero. Una cena baja en grasas favorece la digestión por la noche, se duerme mejor, evita el estreñimiento, y ayuda a que por la mañana nos despertemos ligeros y con apetito.
Fruta; mejor entera que en zumo, es más saciante y aporta más nutrientes
Lácteos; nos aportan calcio. Puede ser en yogur, queso o leche.
Proteínas; procure elegir embutidos bajos en grasa.
Cereales; mejor los integrales ya que son ricos en fibra.
Espero que de ahora en más nos propongamos respetar el famoso dicho, tan bueno para nuestra salud y la de nuestra familia: "Desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo".
Y vosotros, ¿cómo desayunáis?
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